¿Resonancia o Disonancia?
Bastante se ha dicho sobre el liderazgo y su importancia para las organizaciones, sobre todo cuando hacemos referencia a los equipos de trabajo, debido a su relevancia para la consecución de los resultados. Recordemos que son ellos los responsables directos de la ejecución de la tarea, por lo cual mantenerlos motivados resulta trascendental.
En este sentido, para diferenciar un líder resonante asociado con el liderazgo carismático y transformacional, de uno disonante relacionado con un estilo autocrático o coercitivo; para ello basta con identificar el tipo de emocionalidad que identificamos frente a su presencia o, dicho en otras palabras, cómo nos hizo sentir y que se decía (o se dice) de él o ella cuando abandonaba la habitación.
En este contexto, a pesar de la información existente en la web y los libros relacionados con el tema, todos alguna vez en nuestras vidas hemos conocido líderes de la vieja usanza por decirlo de algún modo que son aquellos enfocados en la tarea, sujetos de quienes se conservan recuerdos no tan agradables.
Por otro lado, también hemos tenido la oportunidad de conocer (y espero que así sea) aquel líder que de algún modo logró sacar lo mejor de nosotros. Ese que inspiraba al escucharlo y nos hacía preguntamos: ¿cuál es su magnetismo para incidir sobre nuestra conducta y motivarnos a seguirlo?
Desde la neurociencia la respuesta se encuentra en las neuronas espejos y la red neuronal de nuestro sistema límbico, del mismo modo desde la psicología y las escuelas de liderazgo tradicional se habla de empatía y asertividad como herramientas clave para establecer la sintonía motivacional que trasmite este tipo de líder.
Pero ¿cómo saber si somos líderes resonantes o disonantes? ¿Son sinceras las respuestas que brinda nuestro equipo de trabajo en las encuestas de clima laboral o solo nos están diciendo lo que queremos escuchar para cuidar el puesto de trabajo?
En paralelo, también podemos mencionar esos casos de liderazgo resonante que cuando se enfrenta a la presión de los resultados se convierte en uno disonante. ¿por qué ocurre esto? Según la ciencia contamos con redes neuronales: por un lado, el grupo de las orientadas a la tarea que nos permiten enfocarnos y obtener resultados y por otro, aquellas cuya función está ligada al ámbito social y el desarrollo emocional.
En esta misma línea aunado a ello se habla de actividades ejecutivas versus emociones, cuyo antagonismo hará que predomine la expresión de uno u otro estilo de liderazgo. Es decir, son excluyentes entre sí, de ahí nace el adagio popular la emoción no entiende de razón y viceversa.
Frente a este diseño de fábrica la inteligencia emocional se plantea como la solución más acertada, cuyas iniciativas tienen como propósito la toma de conciencia de nuestra actividad emocional, reconocerla y validarla; así como las de los demás.
Una invitación cuya estructura está conformada por un conjunto de herramientas como técnicas de relajación, meditación, yoga, entre otras. Aunado a la filosofía de vivir conscientemente, también conocido como mindfulness. Mediante su aplicación es posible encontrar la resonancia deseada.
Para profundizar en el tema y garantizar resultados se puede acudir a coaches y especialistas que ofrezcan acompañamiento durante el proceso. En este sentido, la afinidad será pieza clave para escoger al profesional que nos brinde las herramientas y poder adoptar la nueva visión y resignificar creencias arraigadas.
Si deseas que te acompañe en el proceso envíame un mensaje al privado, para mí será un honor formar parte del mismo y juntos descubrir tus fortalezas y despertar tu resonancia interna; sin embargo, previo a ello es importante que respondas la siguiente interrogante: ¿Qué tipo de líder eres: resonante o disonante?
Gracias por leerme y por compartir sus mensajes.