¿Por qué invertir en Salud Mental?
Si bien es cierto las empresas adoptan medidas para prevenir el incremento de los riesgos psicosociales y los accidentes de trabajo; así como el absentismo laboral. Sin embargo, en muchas ocasiones por falta de información o desconocimiento los planes preventivos solo figuran como datos fríos que son presentados y luego archivados para cumplir con la norma dispuesta por el ente regulador.
Por otro lado, la interacción social per se bajo determinadas circunstancias puede acarrear consecuencias que inciden directamente sobre la salud emocional del sujeto; ya sea por recuerdos considerados negativos propios de la infancia o el tipo de dinámica que se manifieste en el ámbito laboral y/o social, acordes con la posición del cargo y las relaciones formales e informales del sujeto, aunado a otras dimensiones propias del ambiente de trabajo, cuyo impacto forma parte de lo que experimentamos día a día como seres vivos.
Estas situaciones en ocasiones suelen desembocar en afecciones tanto físicas, como psicológicas. Pasando inadvertidas las del segundo grupo, por lo general debido al desconocimiento de su génesis y desarrollo. Con los cuales, no son consideradas con la importancia del caso, como ha ocurrido con la depresión, los estilos de personalidad tanto el A como el B, la ansiedad, el estrés, entre otros aspectos que fomentan una carga psíquica que por lo general suele desembocar en algo más severo.
De ahí nace la importancia de invertir en la salud mental y emocional del capital humano, generar una ruta en la cual se ofrezcan soluciones oportunas al talento frente a situaciones desencadenantes del estrés o una dinámica social compleja. Claro que la idea tampoco es “farmacolizar” a la sociedad -si se me permite el vocablo-. Ya que existen situaciones propias del ser humano que no son enfermedades sino que forman parte del proceso de la vida. Como por ejemplo: la calvicie, las ojeras, envejecer, la celulitis, la soledad, enojarse al volante, el aburrimiento, las pecas y la ignorancia por citar algunas.
Por otro lado, tampoco es la idea normalizar situaciones que atentan contra el principio de los derechos humanos como la violencia intrafamiliar, el maltrato psicológico o el autoritarismo ya sea en el hogar, la escuela, colegio o trabajo, bajo cualquiera de sus expresiones dentro de una dinámica de poder cuyas consecuencias repercuten en la autoestima, solo por justificar un tipo de personalidad determinado.
Si las empresas, como el estado invirtieran más en salud mental y emocional, es más probable reducir los índices de absentismo y potenciar la presencia de un clima laboral saludable al aprender a utilizar la comunicación de forma asertiva para manejar situaciones complejas ya sea en el trato con “colaboradores difíciles” o en los procesos de formación de equipos. Con lo cual lograrán fomentar buenas prácticas para potenciar el espíritu de equipo.
En este sentido, la recomendación sería contar con espacios donde el personal se sienta escuchado. En mi experiencia como consultor, lo primero que buscan las personas con las que trabajo previo a la implementación de un proyecto es ser escuchados, se desahogan conmigo para poder establecer las bases para la estrategia de intervención.
Tomando de referencia este patrón que se repite es que propongo escuchar al capital humano no como un recurso dentro de la estrategia de la organización, sino como el ser humano integral que día a día enfrenta diversas situaciones dentro y fuera del escenario laboral. Con lo cual, se podría decir que en ocasiones solo se necesita conversar con alguien ya sea para reflexionar o simplemente hablar en voz alta.
En el Ecuador, a inicios del mes de Enero del 2024 fue aprobada la ley de salud mental, con lo cual el sector público ya ha iniciado un proceso de implementación de servicios con la finalidad de cubrir la demanda y garantizar mecanismos de acción orientados a establecer y fomentar mecanismos para favorecer una adecuada salud mental y emocional. Por ende hace que me surja otra inquietud en esta misma línea:
¿Y ustedes como empresa, qué iniciativa han implementado o desean implementar para fortalecer la salud emocional del capital humano?. ¿Qué resultados han obtenido o aún no han comenzado?. O ¿qué les gustaría cambiar? Si desean despejar estas y otro tipo de interrogantes o requieren más información, pueden solicitarla vía inbox para diseñar en conjunto las estrategias que les permitan cuidar y fomentar la salud emocional de su equipo!! !Nos vemos!!